Hacia dónde evoluciona la movilidad inteligente en ciudad
¿Cómo transportar cada vez más personas en las ciudades del mundo de una manera rápida y que consuma tan pocos recursos como sea posible? La movilidad inteligente consiste en la interconexión total del sistema de transporte en la ciudad.
Aquí descubrirás lo siguiente:
- Los retos a los que se enfrenta la ciudad inteligente del mañana
- Los servicios y tecnologías digitales que mantienen las ciudades en movimiento y cómo lo hacen
- Qué significan términos como trip planning, micro mobility y ride-hailing
- La razón detrás de la creciente importancia de los mini vehículos eléctricos
Según previsiones de la ONU, en el año 2050 alrededor del 70 % de la población mundial vivirá en grandes áreas urbanas. Para transportar a estas masas de personas de un punto a otro no basta simplemente con construir más carreteras y aparcamientos ni apostar sin más por la movilidad eléctrica. Es preciso que el transporte de las personas en la ciudad inteligente del mañana se adapten a las nuevas tecnologías y tendencias. En consecuencia, la infraestructura y las ofertas de movilidad en las ciudades cambiarán radicalmente. Existen distintos planteamientos en torno a la movilidad inteligente, gracias a lo cual su avance tendrá menos contratiempos y, en el mejor de los casos, se podrá controlar todo con unos cuantos clics. Ya hoy día, estos seis servicios y tecnologías digitales mantienen las ciudades en movimiento: trip planning, carsharing, smart parking, carpooling, ride-hailing y micro mobility.
1. Trip planning: desplazamientos intermodales
En las grandes ciudades hay muchos medios de transporte disponibles para la movilidad personal: el transporte público de corta distancia en metro, tranvía o autobús, los taxis, las plataformas de car sharing o las bicicletas de alquiler. Elegimos los distintos medios de transporte que más nos convienen y los conectamos entre sí. Si el transbordo de uno a otro se efectúa directamente y sin interrupción, se considera que el desplazamiento es «intermodal». Existen aplicaciones especiales que buscan el itinerario óptimo a través del mar de ofertas de transporte. Lo determinante ya no es con qué medio desplazarse, ya sea en transporte público, coche o vehículo de alquiler, sino la rapidez y la eficiencia con la que se llega al destino. Unos cuantos clics son suficientes para encontrar la ruta más rápida o más cómoda, aunque se tengan que usar varios medios de transporte de distintos proveedores. Estas ofertas integradas se van haciendo cada vez más inteligentes e interconectadas gracias a unos algoritmos que, en tiempo real, tienen en cuenta para sus cálculos la situación actual del tráfico y hasta la disponibilidad de plazas de aparcamiento en el lugar de destino. Se está trabajando asimismo en el desarrollo de sistemas de pago de tipo general. Y, así como las aplicaciones ya pueden mostrar actualmente la opción que consume menos recursos, en el futuro también podrían ofrecer rutas especialmente saludables por incluir un tramo a pie o en bicicleta de alquiler.
2. Car sharing: La propiedad ha desaparecido; compartir está de moda
Los coches eléctricos, en particular, serán sin duda un componente integral de la movilidad urbana y formarán parte de las flotas de préstamo de vehículos de tipo car sharing, con lo que supondrán un complemento idóneo en el mix de movilidad de las ciudades inteligentes. El funcionamiento de estos sistemas está claro: localizas un coche por medio de la aplicación, lo reservas, te subes y arrancas. El vehículo se puede dejar en una estación determinada o en cualquier lugar dentro del área de actividad del sistema. Para préstamos más prolongados, así como en zonas que no estén cubiertas por plataformas de car sharing, el préstamo de vehículos entre particulares (conocido como peer-to-peer car sharing) puede ser una buena alternativa; en este caso, un particular presta su propio coche a otros conciudadanos para usarlo en la ciudad. El funcionamiento de este sistema es muy sencillo: el propietario determina los horarios disponibles para el alquiler y los publica, junto con fotografías del vehículo y demás información, en una plataforma. Esta permite visualizar en un mapa la ubicación del coche. Tras hacer la reserva pertinente, el vehículo se abre por medio de una aplicación del smartphone. La clásica llave del coche se sustituye en este caso por unos chips electrónicos y unas cajas especiales que aseguran la conectividad.
3. Smart parking: No sigas buscando
Buscar sitio para aparcar el coche es un problema persistente en las ciudades. Una solución son las plataformas para compartir aparcamiento, en las que el propietario o el arrendatario de una plaza de aparcamiento situada en un terreno particular o en un garaje la pone a disposición de otros usuarios por un periodo de tiempo determinado. Son muchas las aplicaciones de estacionamiento que intentan facilitar el uso de los aparcamientos públicos. Estas permiten sacar un ticket digital de estacionamiento directamente desde al lado de la acera o entrar en un parking sin tener que pagar después en el cajero automático. La factura llega cómodamente a final de mes, mediante un adeudo en la cuenta bancaria o un cargo en la tarjeta de crédito. Son varias las empresas emergentes y compañías industriales que están desarrollando soluciones de lo más variado para las ciudades inteligentes, desde sensores de radar para instalar en las farolas hasta sensores para el suelo cuyo fin es detectar si una plaza de aparcamiento está ocupada o libre. A partir de toda esa información, se genera un mapa de aparcamiento en tiempo real para el conductor del vehículo. El funcionamiento también es similar para el sistema denominado community-based parking; en este caso, unos sensores de ultrasonidos montados en el vehículo exploran el entorno de manera permanente en busca de huecos libres para estacionar. Cuantos más vehículos se conecten al sistema, más actual y sostenible será al final la información sobre los aparcamientos disponibles.
4. Carpooling: Vuelve a compartir el viaje
Hoy día, quien quiera compartir viaje ya no necesita esperar durante horas con el pulgar estirado y un letrero de cartón en el que ponga el lugar de destino, sudando al sol del mediodía en un área de servicio o en las entradas de la autopista. El carpooling convierte el vehículo particular en un medio de transporte público de la ciudad inteligente. Encontrar compañeros de viaje apropiados resulta fácil gracias a las plataformas inteligentes y las aplicaciones. Hasta ahora, las ofertas se dirigen sobre todo a personas que vayan casualmente en la misma dirección o que deseen reservar un viaje de manera espontánea. Se presta poca atención, por el contrario, a las empresas y a las personas que se desplazan a diario para ir al trabajo y volver a casa. Pero desde hace un tiempo también existen comunidades de carpooling orientadas a las empresas, las universidades y las administraciones municipales. Así se llega hasta usuarios que hacen los mismos itinerarios todos los días. Por otra parte, estas comunidades de transporte fomentan que los particulares se relacionen y amplíen así su red profesional. En ciudades como Los Ángeles, los vehículos que tienen todas las plazas ocupadas disponen de carriles especiales con prioridad de paso en caso de atasco.
5. Ride-hailing: de puerta a puerta
Tanto los autobuses como los tranvías son bastante económicos, pero solo prestan servicio en unos itinerarios determinados y con unos horarios fijos. Los taxis se mueven a todas horas y por todas partes, pero resultan algo costosos. El hueco existente entre ambos planteamientos empieza a ser cubierto por nuevos proveedores y su oferta de servicios de ride-hailing (vehículos de transporte con conductor). Estos permiten que, como en el caso de los taxis, tanto la recogida como el fin del trayecto tengan lugar en casi cualquier punto de la ciudad. No obstante, a fin de aprovechar todo lo posible la capacidad de la lanzadera, durante el desplazamiento se pueden subir o bajar otros pasajeros que vayan a destinos parecidos. En segundo plano, un algoritmo analiza los datos de la flota que se encuentra circulando y las peticiones de los clientes y calcula en tiempo real las mejores rutas. El smartphone indica al pasajero dónde está el punto de recogida más cercano, al que siempre se debe poder llegar a pie desde donde se encuentre en ese momento. Idealmente hasta se pueden organizar trayectos de puerta a puerta o transbordos sin tiempos de espera a otros medios de transporte.
6. Micro mobility: dominando hasta el último kilómetro
No importa si hablamos de Madrid, Berlín o Los Ángeles: un tema importante para el desarrollo de planteamientos innovadores en torno a la movilidad inteligente en el espacio urbano consiste en cerrar el hueco existente entre la puerta de casa y la parada más próxima o entre esta y la oficina. Este trayecto también se conoce como «último kilómetro» o «última milla». En vez de recorrerlo a pie, también se pueden usar minivehículos eléctricos. Se trata de los hermanos pequeños del coche eléctrico y son característicos del enfoque de la movilidad inteligente en la ciudad: monociclos, transportadores personales, bicicletas de pedaleo asistido, bicicletas eléctricas, bicicletas de reparto, patinetes eléctricos... En el futuro, esta última generación de la movilidad eléctrica también se podrá usar en los carriles bici y en las zonas peatonales. Una vez llegas a la oficina, puedes llevar el vehículo contigo fácilmente o bien dejarlo estacionado. Y, como no podía ser de otra manera, las primeras plataformas para compartirlos ya son una realidad. Así pues, tanto la tecnología como los modelos de negocio digitales en torno al tema de la movilidad sostenible en la ciudad inteligente siguen avanzando a buen ritmo.